La resiliencia no es un fenómeno de todo o nada, sino que es cuestión de cantidad. Una persona puede ser más resiliente y otra serlo menos. Por otro lado, dentro de la misma persona, puede haber también variabilidad dependiendo de las situaciones.
La investigación ha encontrado que existen diferentes características de personalidad que definen a las personas resilientes:
- Control emocional: las personas resilientes se sienten cómodas con sus sentimientos y son capaces de expresarlos. La diferencia entre una persona resiliente y otra que no lo es, es la capacidad para recuperarse de esa emoción. Así, los resilientes, no se "atascan" en una emoción y, aunque se sientan tristes, dicha emoción no les impide hacer frente a la situación y seguir adelante.
- Control de los impulsos: todos tenemos impulsos a hacer cosas y decir cosas que no son adecuadas. Los resilientes tienen la capacidad de frenar dichos impulsos, ya que han interiorizado que hay que "detenerse y pensar" antes de actuar.
- Optimismo realista: las personas optimistas son más felices, más sanas, más productivas, son mejores resolviendo problemas y tienen menos probabilidades de deprimirse. Las personas resilientes poseen un optimismo realista, ya que no niegan los problemas, sino que se ven a sí mismas en cada situación de forma positiva.
- Pensamiento flexible: implica ver los problemas desde diferentes perspectivas. Cuando una persona resiliente tiene un problema con otra, es capaz de verlo desde ambas perspectivas. Esta flexibilidad de pensamiento provoca un aumento en la probabilidad de encontrar soluciones adecuadas a los problemas, así como tener preparado un "plan B" por si la primera solución no funciona.
- Autoeficacia: conocen cuáles son sus fortalezas y sus debilidades y eso les ayuda a manejarse en la vida. Además, al sentirse eficaces en el mundo, suelen tener una autoestima alta.
- Empatía: los resilientes están interesados en los sentimientos y experiencias de los demás y quieren ayudarles cuando atraviesan momentos difíciles. Suelen tener amistades fuertes y saludables, que conforman una buena red de apoyo.
- Asumir riesgos: son personas con confianza en sí mismos, por lo que tienden a intentar cosas nuevas, asumiendo riesgos con cautela, aún cuando no tengan claro que van a salir de las situaciones con éxito.
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