La semana pasada iniciábamos el tema de las habilidades sociales. En la entrada del blog de hoy, me gustaría continuar con este tema tal y como os he prometido la semana pasada.
El tema que he escogido para hoy son las habilidades sociales mentalistas, o sea, aquellas que implican que podamos atribuirle estados mentales a otras personas (deseos, creencias, intenciones, etc), independientemente de que concuerde con nuestro punto de vista o no. Esta habilidad implica la capacidad de ponernos en el lugar de otra persona, es decir, de empatizar con ella, habilidad con la que tienen dificultades las personas autistas.
Foto cortesía de Mario Otero
Para evaluar qué personas poseen esta habilidad podemos emplear la tarea de Sally y Ana. Esta tarea es una de las más conocidas y fue creada en el año 1985 por Baron-Cohen, Leslie y Frith.
La tarea es la siguiente: se presentan dos muñecas al niño, llamadas Sally y Ana. Sally tiene una cesta y Ana una caja. La primera de las muñecas, Sally, esconde una canica en su cesta y se va. A continuación, Ana cambia la canica de sitio, introduciéndola en su caja.
Al niño se le hace la siguiente pregunta: ¿Dónde buscará Sally la canica?
Tras varios estudios con dicha tarea, Baron-Cohen y colaboradores encontraron que el 80% de los niños con autismo contestaba incorrectamente a la pregunta, indicando que Sally buscaría la canica en la caja donde la introdujo Ana, que es donde realmente se encuentra la canica.
Por otro lado, dichos investigadores observaron que la mayor parte de los niños normales o con síndrome de Down de 4 años, contestaron correctamente a la tarea, que Sally buscaría la canica en su cesta al creer que está donde ella la dejó.
Aunque esta tarea ha demostrado ser útil para valorar las habilidades de mentalización en niños, la realidad es que no sirve como instrumento diagnóstico del autismo, porque no todas las personas que lo presentan responden inadecuadamente a la tarea de Sally y Ana.
La tarea es la siguiente: se presentan dos muñecas al niño, llamadas Sally y Ana. Sally tiene una cesta y Ana una caja. La primera de las muñecas, Sally, esconde una canica en su cesta y se va. A continuación, Ana cambia la canica de sitio, introduciéndola en su caja.
Al niño se le hace la siguiente pregunta: ¿Dónde buscará Sally la canica?
Tras varios estudios con dicha tarea, Baron-Cohen y colaboradores encontraron que el 80% de los niños con autismo contestaba incorrectamente a la pregunta, indicando que Sally buscaría la canica en la caja donde la introdujo Ana, que es donde realmente se encuentra la canica.
Por otro lado, dichos investigadores observaron que la mayor parte de los niños normales o con síndrome de Down de 4 años, contestaron correctamente a la tarea, que Sally buscaría la canica en su cesta al creer que está donde ella la dejó.
Aunque esta tarea ha demostrado ser útil para valorar las habilidades de mentalización en niños, la realidad es que no sirve como instrumento diagnóstico del autismo, porque no todas las personas que lo presentan responden inadecuadamente a la tarea de Sally y Ana.
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