martes, 3 de marzo de 2015

¿Tengo un trastorno obsesivo-compulsivo?

Todas las personas tenemos pensamientos o ideas que nos dan vueltan en la cabeza repetidamente. Muchas veces son cosas que nos preocupan, como que nuestros hijos crezcan sanos o ese problema del trabajo que tenemos que solucionar. Estas preocupaciones son normales.

Sin embargo, hay ocasiones en las que las preocupaciones se convierten en algo obsesivo y comienza a causar un importante malestar a la persona que las sufre.

Según el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), se caracteriza por la existencia de obsesiones y compulsiones.


Una obsesión es un pensamiento, un impulso o una imagen que aparece de forma recurrente en nuestra cabeza. La persona las experimenta como intrusivas, como algo que aparece en su mente que no desea y que no puede controlar. Algunas de las obsesiones más comunes son la obsesión por la limpieza o por el orden.

Con frecuencia, las personas que las padecen, tratan de ignorarlas o suprimirlas realizando alguna acción o pensando en otras cosas. A estas acciones a las que recurre la persona, con el objetivo de neutralizar las obsesiones, las llamamos compulsiones. 

Por tanto, una compulsión puede ser un comportamiento o un acto mental (rezar, contar, repetir palabras, etc), que el paciente repite con mucha frecuencia  como respuesta a la obsesión. Al realizar dicha compulsión, la ansiedad o el malestar bajan. Algunos ejemplos de compulsiones son accionar repetidamente el interruptor de la luz o lavarse las manos muchas veces seguidas.

Hasta aquí, parece que cualquier persona vería como una buena opción la realización de estas compulsiones para que el malestar disminuya. Sin embargo, el problema es que, tanto las obsesiones como la realización de las compulsiones, causan mucho malestar a la persona, pudiendo pasarse horas repitiendo la misma conducta, convirtiéndose, en los casos más graves, casi en un esclavo de ese acto.

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