Seguramente muchos de vosotros habéis pensado en algún momento de vuestra vida en compraros un coche. Si os acercáis a algún concesionario a ver los diferentes modelos de automóviles que os interesan, os encontraréis con que hay determinadas características o accesorios del coche que trae incorporados en el precio base y otros que forman parte de otros packs que debemos contratar aparte.
Con las personas sucede lo mismo. Cuando venimos a este mundo nacemos con un temperamento que nos caracteriza. Por tanto, el temperamento es algo que viene con nosotros "de serie". Seguramente habéis oído, en muchas ocasiones, hablar acerca de cómo es cada bebé: los hay que lloran toda la noche y que es muy difícil calmarlos, pero también existen otros que son muy tranquilos y que apenas demandan atención de sus padres.
Con las personas sucede lo mismo. Cuando venimos a este mundo nacemos con un temperamento que nos caracteriza. Por tanto, el temperamento es algo que viene con nosotros "de serie". Seguramente habéis oído, en muchas ocasiones, hablar acerca de cómo es cada bebé: los hay que lloran toda la noche y que es muy difícil calmarlos, pero también existen otros que son muy tranquilos y que apenas demandan atención de sus padres.
Sin embargo, no todos los aspectos que nos definen como personas aparecen desde nuestro nacimiento. Nuestra personalidad es uno de esos packs que tendremos que añadir para que nuestro "coche" esté completo.
La personalidad se irá formando y modificando a lo largo de toda nuestra vida desde las primeras experiencias que vivimos. Y como los seres humanos somos seres sociales, dichos cambios son consecuencia de la influencia de otras personas que son relevantes para nosotros: nuestros padres o cuidadores, los profesores, los amigos que vamos haciendo a lo largo de nuestra vida, etc...
Pero, ¿qué entendemos realmente por personalidad? La personalidad se puede definir como el conjunto organizado de características que posee una persona. Dichas características tienen una importante influencia sobre sus pensamientos, sentimientos, actitudes, hábitos y conductas a través de las diferentes situaciones a las que se expone un individuo.
Por tanto, que cada uno de nosotros tenga su propia personalidad es algo fundamental porque, además de definir lo que somos, nos diferencia de las demás personas, convirtiéndonos en seres únicos. También influye sobre el desarrollo de las demás habilidades que adquirimos a lo largo de la vida y de que estemos más o menos integrados en los grupos sociales a los que pertenecemos.
La personalidad se irá formando y modificando a lo largo de toda nuestra vida desde las primeras experiencias que vivimos. Y como los seres humanos somos seres sociales, dichos cambios son consecuencia de la influencia de otras personas que son relevantes para nosotros: nuestros padres o cuidadores, los profesores, los amigos que vamos haciendo a lo largo de nuestra vida, etc...
Pero, ¿qué entendemos realmente por personalidad? La personalidad se puede definir como el conjunto organizado de características que posee una persona. Dichas características tienen una importante influencia sobre sus pensamientos, sentimientos, actitudes, hábitos y conductas a través de las diferentes situaciones a las que se expone un individuo.
Por tanto, que cada uno de nosotros tenga su propia personalidad es algo fundamental porque, además de definir lo que somos, nos diferencia de las demás personas, convirtiéndonos en seres únicos. También influye sobre el desarrollo de las demás habilidades que adquirimos a lo largo de la vida y de que estemos más o menos integrados en los grupos sociales a los que pertenecemos.
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