martes, 28 de octubre de 2014

El árbol rojo

Los libros nos transportan a otras realidades unos minutos de nuestras vidas, nos hacen disfrutar y nos ayudan a aprender cosas nuevas. A veces, los cuentos nos permiten vivir nuestros sueños a través de la vida del protagonista y de sus hazañas y nos hacen sentir miles de emociones. Por ello, me parecen un recurso importantísimo para favorecer nuestro desarrollo.

A raíz de la entrada del blog que he escrito acerca del libro de Frances Allen, algunos de vosotros me habéis ido preguntando por algunos de los libros con los que yo suelo trabajar. Y, aunque la lista sería enorme, para la entrada del día de hoy os voy a escribir sobre uno de mis libros favoritos. Es un libro que no habla de técnicas psicológicas, ni de protocolos de trabajo, pero que a mí me hace sentir cosas muy especiales y, la mejor parte, es creo que soy capaz de transmitirlas con él también a los demás.

El título del libro es El árbol rojo y su autor es Shaun Tan. Dicho autor es un conocido ilustrador y escritor australiano de libros para niños. Ha ganado ya numerosos premios, como el premio Crichton en 1995 o el reconocimiento de Libro Ilustrado del año CBCA en 1999.


El libro relata la historia de una joven, a través del mundo de los sueños y la fantasía, que viaja de la desesperación hacia la búsqueda de la esperanza. Toda la historia se centra en los sentimientos de la protagonista del cuento, sin existir interacción con otros personajes. Y lo más impresionante, es que todas estas emociones son transmitidas al lector a través de unas increíbles ilustraciones y sólo unas pocas líneas de texto.

Comienza con esta frase, con la que creo que todos nosotros nos podemos haber sentido identificados alguna vez, "A veces el día empieza vacío de esperanzas". Posteriormente, continúa con el relato de cómo ella camina cabizbaja por las calles de un mundo irreal, donde nadie entiende nada, donde el mundo es una máquina sin sentido y los problemas forman parte del día a día. La vida transcurre manchada por la confusión y la soledad, sintiéndose perdida, sin rumbo. Sin embargo, cuando parece que ya no hay retorno, que no hay salida, aparece la esperanza y lo ilumina todo con su luz.

Realmente, es un libro esperanzador y mágico, que os recomiendo a todos.  Así que, ¡no perdáis vuestra oportunidad de soñar con el árbol rojo!

martes, 21 de octubre de 2014

Tengo cáncer, ¿en qué me puede ayudar un psicólogo?

Cuando una persona es diagnosticada de una enfermedad grave, como puede ser el cáncer, su vida se ve modificada, tanto por el impacto de la propia enfermedad, como por las consecuencias que pueden conllevar los posibles tratamientos que suele recibir.

Todos tenemos clara cuál es la labor del oncólogo en este proceso. Sin embargo, muchas personas dudan acerca de en qué cosas nos puede ayudar un psicólogo, debido a que él, evidentemente, no nos va a curar.

Por ello, aprovechando que la semana pasada hemos recordado el Día Mundial del Cáncer, hoy os escribo acerca del trabajo que los psicólogos clínicos realizamos en dicho campo.
La finalidad de nuestro trabajo es ayudar a que el paciente descubra, utilice y potencie sus propios recursos de afrontamiento ante el estrés del proceso, así como ayudar en la valoración de opciones y la toma de decisiones.

Algunos de los objetivos más importantes de la intervención son los siguientes:
  • facilitar la adaptación a una situación cambiante y de alto riesgo.
  • disminuir las percepciones de amenaza, sean de la índole que sean.
  • fortalecer la percepción de control y otros recursos, tanto internos como externos, de tal modo que la percepción del sufrimiento disminuya y aumente la capacidad de afrontamiento activo.
  • manejar el dolor y el sufrimiento, debido a que la enfermedad afecta a cuestiones como el sentido de la vida, el significado de la esperanza, el hecho de la muerte, etc.
Por último, cada día se considera que la intervención psicológica, en paralelo a la médica que ya está teniendo el paciente, es más importante. Esto se debe a la evidencia, cada vez mayor, de la relación entre experiencia emocional e inmunodependencia.

martes, 14 de octubre de 2014

La importancia de la salud mental

El día 10 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Durante este día, se organizan numerosos actos para tratar de promover la salud mental entre la población. 

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando hablamos de salud no nos referimos únicamente a la física. La OMS define la salud como el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Por tanto, siguiendo esta definición, debemos centrarnos en que las personas se sientan saludables en las tres citadas esferas.

Según numerosos estudios, recientemente ha aumentado el número de personas que son atendidas en Atención Primaria por un trastorno mental. Por otro lado, también se está produciendo un aumento del consumo de psicofármacos por la población general.


Sin embargo, a pesar de que la demanda de los tratamientos psiquiátricos y psicológicos para los trastornos mentales va en aumento, el número de profesionales que atienden a estos pacientes en los dispositivos asistenciales (en especial los psicólogos clínicos) está reduciéndose.

Todo ello, puede poner en riesgo el adecuado cuidado y tratamiento de estos pacientes, hecho que dificulta aún más que puedan adaptarse a las exigencias de la sociedad y continuar adelante con sus vidas de la forma menos dolorosa posible.

A todas estas limitaciones hay que añadir, por desgracia, que las personas que sufren algún trastorno mental son discriminadas en muchas situaciones por el mero hecho de padecer esta patología, la cuál ellos no han escogido ni han hecho nada para merecerla.

Por todas estas razones y muchas otras que no tengo espacio para nombrar, creo que debemos esforzarnos para que los derechos de todas estas personas que padecen algún trastorno mental se tengan en cuenta y puedan vivir con la calidad de vida que todos nos merecemos. 

martes, 7 de octubre de 2014

¿Somos todos enfermos mentales?

He decido titular la entrada del blog del día de hoy como el título de un libro que he conocido recientemente y que me ha parecido muy interesante.

El autor de dicho libro es Allen Frances. Frances es un psiquiatra norteamericano que presidió el grupo de trabajo del DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), manual en el que se describen y clasifican los diferentes tipos de patologías mentales.


Para él, el problema es que no existe una definición clara de lo que es "normal". Por tanto, la valoración de lo que es normal o no, dependerá del criterio que podamos usar para ello.

Así, en función del criterio empleado, el duelo puede ser considerado como un proceso normal que las personas realizamos después de la muerte de un ser querido o, tal y como indica el manual diagnóstico que arriba he citado (el DSM-IV), si la intensidad de los síntomas que presenta la persona es alta, puede ser diagnosticado, pasados los dos meses, como un trastorno depresivo.

Lo mismo sucede con otros problemas, como los trastornos relacionados con problemas en la atención, tales como el conocido TDAH. Muchas personas son diagnosticadas de este problema por presentar dificultades para atender, cuando dichas dificultades pueden ser consecuencia de cualquier otro problema, como por ejemplo tener un trastorno de ansiedad o, simplemente, aparecer en personas más despistadas que otras.

Estos son solamente dos ejemplos, pero la realidad es que la tendencia actual es considerar que la ansiedad, las preocupaciones, la tristeza o el mal comportamiento de los niños son patológicos. Sin embargo, en realidad, son emociones que forman parte de nuestras vidas, siendo normal sentirse de esa forma en muchos momentos de nuestra existencia sin tener que ser necesariamente disfuncionales.