El síndrome de Asperger suele detectarse porque los padres empiezan a sospechar que su hijo es diferente a los demás niños. Es muy común que estas sospechas no aparezcan antes de los 3 años. Sin embargo, la edad a la que suelen recibir el diagnóstico suele ser cuando ya tienen unos 10 años aproximadamente.
Algunos de los signos de alarma que indican a los padres que su hijo es distinto de los demás son los siguientes:
- La hipersensibilidad a algunas texturas o sonidos.
- Especial apego hacia algunos juguetes.
- Emplea un vocabulario demasiado avanzado o poco apropiado para su edad.
- Le cuesta tolerar que se altere la rutina diaria.
- Tendencia a hablar sobre temas específicos que son de interés.
- Dificultad para mostrar empatía hacia los demás.
- Pueden mostrar ciertas habilidades sorprendentes en determinadas áreas como por ejemplo recordar listas muy largas de objetos que le interesan especialmente.
- Dificultad para entender los dobles sentidos o las frases hechas.
- Suele preferir jugar solo en vez de con otros niños.
La detección temprana del síndrome de Asperger es muy importante. Poder realizar una intervención lo antes posible sobre las dificultades que tienen estos niños ayuda a reducir la incertidumbre de los padres, permite que puedan comprender las dificultades de su hijo y que aprendan cómo deben comportarse con él y cómo deben educarle.