martes, 26 de mayo de 2015

¿Cómo me veo a mí mismo?

La sociedad en la que vivimos otorga una gran importancia a nuestro cuerpo. Por ello, con el objetivo de ser más deseables para los demás y de tener el "cuerpo perfecto", muchas personas se entregan a dietas muy restrictivas o, incluso, llegan a someterse a intervenciones quirúrgicas. 

Por otro lado, el cuerpo no es solamente un estándar físico que nos marcamos, sino que, cómo nos veamos a nosotros mismos y cómo analicemos esa imagen que nos devuelve el espejo va a tener repercusiones, en muchos casos, en la percepción que tenemos de nosotros mismos como personas.


Uno de los factores que influye poderosamente en cómo nos vemos a nosotros mismos son los mensajes que nos han dicho desde pequeños de lo que nosotros somos. Por ejemplo, si a una niña le han repetido desde pequeña que no coma mucho porque está gorda, es posible que, en el futuro, piense de esta misma forma y tenga miedo a engordar aunque su peso se encuentre dentro de la normalidad.  

En las personas con trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón (ver más información sobre estos trastornos en ¿Cuáles son los trastornos alimentarios?), la percepción de la imagen corporal suele estar alterada o existe una importante insatisfacción con ella. Además, las personas con estas patologías presentan otro problema: consideran que su cuerpo no puede ser aceptado como válido por los demás ni por ellas mismas.

Cuando existen problemas con nuestra imagen corporal es vital trabajar la identificación de cómo somos físicamente (sin distorsiones), para poder aceptarnos posteriormente y aprender a cuidar y valorar nuestro cuerpo. Porque él somos nosotros mismos.

martes, 19 de mayo de 2015

Agorafobia, ¿miedo a los espacios abiertos?

Algunas personas sufren una crisis de ansiedad que no se repite, siendo un episodio aislado que se resuelve rápidamente. Sin embargo, es frecuente que los ataques de ansiedad vuelvan a aparecer y la persona comience a tener miedo a dichas crisis. 

En estos casos, la vida de la persona se puede ver limitada de forma importante, apareciendo un miedo intenso que provoca que eviten situaciones en las que puede ser complicado pedir ayuda o conseguir escapar. Esto es a lo que los profesionales de la Psicología y la Psiquiatría llamamos agorafobia


Contrariamente a la definición popular de agorafobia que todos conocemos, que hace referencia al miedo a los espacios abiertos, como plazas o avenidas (www.rae.es), las personas que padecen este trastorno de ansiedad presentan una reacción de miedo intenso a diferentes tipos de situaciones y no solamente a las zonas abiertas, entre las que se incluyen:
  • uso del transporte público (automóviles, buses, trenes, barcos, aviones)
  • estar en espacios abiertos (por ejemplo puentes, mercados...)
  • estar en sitios cerrados (ascensores, tiendas, cines...)
  • hacer colas
  • estar en el medio de una multitud de gente
  • estar fuera de casa solo.
Debido al temor que sienten, suelen evitar activamente todas estas situaciones, pudiendo llegar a atrincherarse en sus casas o a caminar solamente por zonas que consideran "seguras". Sin embargo, la mayoría de las personas con agorafobia suelen ser capaces de enfrentar todas estas situaciones si van acompañados por alguien.

martes, 12 de mayo de 2015

¿Tengo crisis de ansiedad?

Muchas personas han sentido taquicardias y dificultad para respirar en algunas ocasiones, motivo por el que pensaron que les estaba "dando un infarto" o que se estaban "volviendo locos" porque no eran capaces de controlar su propio cuerpo y las reacciones que tenían.

Como consecuencia de esta sintomatología, algunas personas han acabado en el servicio de urgencias porque valoraban que, si no lo hacían, podrían morirse. Al llegar allí, les han realizado las pruebas pertinentes y les han comunicado que todo estaba bien, que no les estaba "dando un infarto". 

Algunos de mis pacientes han llegado a mi consulta muy preocupados por ello, porque, aunque estaban felices por no haber tenido un ataque al corazón, ellos no percibían que se encontraban bien y notaban que no eran capaces de controlar las reacciones que estaba desarrollando su organismo.


Es muy importante que las personas podamos entender lo que nos pasa para poder ponerle remedio y para volver a poder disfrutar de una buena calidad de vida. Por ello, hoy me he decidido a escribir acerca de qué son las crisis de ansiedad.

Una crisis o ataque de ansiedad se produce cuando sentimos de repente mucho miedo o malestar que dura unos minutos. Además de estas sensaciones se producen otros síntomas como: palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, sensación de ahogo, dolor en el tórax, náuseas, mareos, escalofríos o sensación de calor, hormigueo, miedo a volverse loco, miedo a perder el control del cuerpo o miedo a morir.

Y aunque todos sabemos que "la ansiedad no mata a nadie", es cierto que puede llegar a ser muy molesta en algunas ocasiones. Por ello, es muy importante que, en cuanto sepamos que lo que nos sucede no es un ataque al corazón y que no está provocado por otras enfermedades orgánicas, tratemos de aprender a relajarnos y manejar estas crisis lo antes posible con la ayuda de un profesional capacitado para ello.

martes, 5 de mayo de 2015

¿Qué puedo hacer si me cuesta manejar el estrés?

Cuando nos compramos un teléfono móvil nuevo sabemos que está creado a prueba de ciertos golpes, caídas y que sigue funcionando aunque se le someta a temperaturas bastante bajas o altas. Nuestro organismo funciona del mismo modo, aunque igual que le sucede a nuestro teléfono, si las condiciones a las que lo sometemos son desfavorables o extremas, puede sufrir daños importantes. 

Por ello, como ya os he explicado en otras ocasiones, el estrés puede afectar a nuestra salud, sea en forma de crisis de ansiedad, de sentirnos muy nerviosos casi a diario, tener dificultades para dormir por no conseguir quitar las preocupaciones de nuestra cabeza o cuando se nos cierra el estómago y perdemos el apetito. 
Cuando esto ocurre es muy importante que lo detectemos lo antes posible para poder ponerle remedio a corto plazo; antes de que se cronifique. Cuando ya hemos detectado que existe un problema que nos está afectando en nuestro día a día, es importante que busquemos ayuda de un profesional.

Si tenemos un problema de ansiedad, un psicólogo clínico nos puede ayudar a entender qué es lo que nos está pasando y cuál es el problema que tenemos. Si el estrés nos ha ocasionado un trastorno de ansiedad, aunque no sea grave, es importante que podamos entrenarnos en habilidades para manejar el estrés y la ansiedad, tales como la respiración diafragmática, la relajación o la meditación.

Aunque estas estrategias son muy útiles y nos van ayudar en gran medida a manejar los síntomas de ansiedad que resultan tan molestos, también es posible que sea conveniente que trabajemos sobre las cuestiones que nos han provocado dicha ansiedad, sean del tipo que sean, porque nos facilitarán poder saber cuando somos más vulnerables a volver a tener problemas de ansiedad. Esto nos ayudará a poder prevenirlos o, por lo menos, a solicitar ayuda lo antes posible.