Este sábado ha sido el Día Mundial contra el Cáncer de Mama.
La palabra cáncer, que inicialmente es simplemente una más en el
diccionario, va acompañada de un significado muy amenazador para
nosotros. A día de hoy, es muy complicado encontrar a una sola persona
que no entienda los riesgos que conlleva esta palabra para su propia
integridad.
Cualquier
cáncer supone para las personas un suceso estresante importante, bien
por la realización de diversas pruebas médicas, el shock del momento del
diagnóstico, las posibles hospitalizaciones, el sometimiento a largos tratamientos, importantes efectos secundarios, así como la dificultad para volver a la normalidad y readaptación a la vida cotidiana.
Pero no sólo el tipo de tumor, el tratamiento y la calidad de vida
previos determinan el curso de la enfermedad. Hay determinadas cuestiones que influyen de forma significativa en el
proceso de adaptación y una de ellas es el apoyo social.
A veces, como psicólogos, pensamos que es muy importante que nuestros pacientes tengan ese apoyo social que tanto les beneficiará. Tan presentes están en nuestra cabeza estas palabras, que olvidamos su significado real: apoyar significa "hacer que algo descanse sobre otra cosa".
Y cuando la carga que llevamos es tan pesada, todos necesitamos de ese "algo" que nos libere un tiempo, que nos quite ese peso que portamos. Pero no nos hace falta una varita que lo haga desaparecer mágicamente. Lo curioso de los seres humanos es que una simple mano que nos acaricia, unas piernas sobre las posar nuestra cabeza (tan llena de pensamientos entrecruzados) o unos brazos que nos sostengan pueden aligerar esa carga tan pesada.
Y es que, a veces, la carga puede ser realmente dura. Pero no debéis preocuparos, sólo buscad vuestro hombro en el que apoyaros.
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