¡Cuántas veces hemos escuchado esta expresión en nuestra vida! Pero, ¿qué ocurre cuando, 23 años después, tu mirada se cruza con la de el amor de tu vida? Creo que estas palabras explican claramente lo que sucede en el vídeo sobre el que hoy os escribo.
"El artista está presente". Este es el título que lleva el documental dirigido por Matthew Akers acerca de la performance que realiza el MoMa (Museo de Arte Moderno de Nueva York) de una obra de Marina Abramovic.
Marina Abramovic. The Guardian
Esta artista serbia suele utilizar el cuerpo como tema de sus representaciones, empleándolo como medio de comunicación. En su obra, ha explorado sus propios límites físicos y mentales, experimentando dolor, agotamiento y
riesgo en su búsqueda de la "transfomacion espiritual y emocional".
Abramovic se ha interesado especialmente en la creación de obras que representen las acciones cotidianas que todos realizamos, como tumbarse, sentarse,
pensar, etc...
Su trabajo explora la relación entre el artista y la audiencia, motivo por el cual ella misma se coloca enfrente de su público durante más de 150 horas. Marina permanece sentada inmóvil frente a una mesa en una sala del museo, donde los
espectadores eran invitados, por turno, a sentarse enfrente, a compartir
la presencia de la artista. Sin embargo, algo ocurre cuando un visitante especial ocupa la silla de enfrente. La invariable expresión facial de Abramovic se llena de expresividad, sacando a la superficie un sentimiento muy profundo.
Os invito a que veáis el vídeo en este enlace. No voy a explicaros nada más de él, porque quiero que lo podáis juzgar con vuestros propios ojos, sin saber exactamente lo que está pasando. A mí me ha encantado porque ¡sus emociones hablan por sí solas!
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