Una de las técnicas más populares de creación de nuevas ideas es el Brainstorming, también llamado tormenta de ideas o lluvia de ideas.
Esta herramienta se creó en el año 1938 por Álex Osborn, como una técnica creativa para desarrollar en grupo. Su objetivo es buscar el mayor número de alternativas posible para resolver un problema, debido a que es muy importante tener opciones para escoger la solución final.
El Brainstorming se fundamenta en 4 reglas básicas:
- Suspender el juicio. No se permite criticar ninguna idea, por absurda que pueda parecer en un primer momento.
- Pensar libremente. Se permiten todo tipo de ideas, hasta las más disparatadas. Se considera que, sino aparecen ideas extrañas, no se está realizando bien.
- La cantidad es importante. A mayor número de ideas propuestas, mejor resultado se obtendrá, ya que existe más probabilidad de encontrar una buena. Además, al inicio suelen darse las ideas más lógicas, por lo que a medida que pasa el tiempo, es más probable que se aporten otras más originales.
- El efecto multiplicador. Todo participante puede añadir ideas propias, pero también puede matizar las que emita cualquiera de sus compañeros.
Es fundamental que en el grupo exista un ambiente relajado, ya que los juegos de creatividad funcionan mucho mejor cuando sus participantes están relajados y disfrutando de un momento agradable.
Por ello, esta técnica se inicia con una fase de calentamiento, en la cuál los
participantes del grupo realizan una lista de elementos en función de un
criterio que se propone. Por ejemplo, decir todas las palabras que se
les pasen por la cabeza en relación a un tema.
El paso final será volver a reunirse todos los miembros del grupo para valorar y evaluar las decisiones que se han propuesto.
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